Reino de Aeloria
Desde el pico más al Norte hasta las tierras meridionales, el éter inunda los parajes de este reino, bendición o maldición, según quien lo describa.Pronto llegará la era donde las mentiras serán reveladas y las verdades ocultas dejarán de existir para el ojo común.
Lugares de interés

Noldoriel
El trono de los antiguos.
Cuna del reino, zona humilde y modesta, cuya agricultura abunda forma un pilar clave para su economía agraria y en sus tabernas, se forjan historias de honor y valor.
Nivendilith
La roca nívea, fría y resistente.
La ciudad más moderna del reino, donde la burguesía aflora y una nueva fe se abre paso a través de los desangelados corazones de sus habitantes, irremediablemente.

Las puertas del imponente castillo se abren y el aire cálido de su interior se esparce en forma de bruma. Los caballeros salen y cruzan el camino de tierra hacia el exterior en la carretera principal donde los viandantes, ocupados en sus vidas, cesan un segundo para saludar a los honorables jinetes.Herrería, destilería, puesto de la guardia urbana... En el camino más importante, desde el principal edificio de la población, destacan a ambos lados de la cabalgata.El camino se desvía una vez y, hacia la derecha, puede verse la iglesia de los dioses antiguos, resistiendo al pasar de los años con orgullo impoluto. Pero siguiendo la ruta hacia la izquierda, puede verse la taberna y la posada principales de Noldoriel.Los cascos de los jinetes siguen resonando más adelante, pero son las gaviotas del puerto las que ahora llaman la atención, en el mercadillo más antiguo del reino de Aeloria, donde comerciantes de otros continentes llegan uno tras otro, ofreciendo sus productos para las gentes del reino.Es un día tranquilo en la capital del reino y sin embargo, nada preocupante ha de pasar, pues los aventureros y los propios caballeros de la nobleza, se encargan de eliminar los peligros que acechan a sus habitantes.
Una fría muralla cerca el recinto oscuro que desde la costa ilumina con sus rocas blancas, el reflejo de un sol que juzga a sus gentes, para que una vez llega la noche, todos los valores morales se cuestionen encarecidamente.Al contrario que Noldoriel, esta ciudad destaca por su abundancia, nada humilde, siempre excesiva ciudadela comercial donde un nuevo estamento y una nueva religión, se alzan sobre la vieja nobleza y las antiguas tradiciones de Aeloria.Sencillamente, sería muy difícil definir cuál es el rasgo principal del lugar, pues muchos dicen que se trata de la riqueza, otros dicen que es la fe en las nuevas creencias, mientras que unos pocos, pueden afirmar con seguridad, que la ciudad es un peligro para el reino, entresijos ocultos y otros movimientos sospechosos de los que se recomienda ser precavidos a más no poder.Pequeñas capillas se reparten por la ciudad haciendo un anillo en torno a la Catedral que cuelga sobre una gran formación rocosa, en orden para que esta última no se vea saturada de todos sus creyentes. Y sin embargo, ni un solo santuario existe para honrar a los Doce dioses de Noldoriel.Los susurros entre sus ciudadanos ahondan en cuestiones como esas pero, guardan silencio por el miedo a ser acusados de herejes por parte de la nueva Iglesia. Los ojos vigilantes más allá del mar, marcan una sensación constante de que hay algo más allá del mero rezo, tal vez.